CAMINO AL INFIERNO.-





En los campos donde los perros
Pastan la basura
Me encontré con Mickey Mouse,
Y todas sus bacterias.
Juntos decapitamos un tráiler
Y bailamos sobre el charco
De su sangre petrolífera.

Era todo un espectáculo ver aquel barril inmenso
Sin cabeza.
Chacchaban el metal las viles ratas
Haciendo cronckshes agudos,
Me sentí miserable entre tanta alimaña
Hui despavorido entre las luces
Entonces llegué a la antena de la matriz
Donde cruentos fetos, conectados a la máquina,
Me miraron destilando luces fosforescentes
Me aferré fuertemente a la petaca
Y pensé en el alma de mi allco,
Era el infierno realmente?
Aquel tintinear insípido de luces incoloras?

Seguí explorando, pues para eso había bajado.
Necesitaba más calor,
Nunca imaginé que el infierno real fuera tan frío.

Vi mucha adicción en los cementerios de pollos
Estaban de moda con su traje cobrizo y sus huesos crujientes.
Me exaltó el olor a cadáver con especias
Quise llorar, pero tuve antes que correr,
Correr muy lejos, porque el lobo que hay en mí,
Se estaba despertando, y eso solo significaba autodestrucción…

Corrí como un lama sobre el desierto,
Mi lado animal latía a toda marcha…
¿Había llegado hasta aquí para ser gobernado por mis demonios?
Imposible.
Mi espíritu irradiaba fuego, y tenía que aferrarme a él,
Para seguir vivo.

Una niña corría tras su perro.
Yo corría tras la luna, que diluía mi ron con sus lágrimas
Acuosas
Ella bebía, yo la miraba inmaculada
Había alguna salida, tras ese satélite dorado?

Después de las ganas de mearlo todo
Sentí el fármaco inmune,
Empecé a toser,
A expectorar el vino entre coágulos de sangre.
Quise volver arriba, pero una fuerza impúdica me lo impedía.

Vi mujeres hermosas con colas felinas,
En sus ojos pude verme atrapado como una inocua mosca.
Rugí como el león que soy
Y ese sonido armonizó mis mitocondrias,
Que clamaban por un poco de luz,
Pero estaba en esta expedición al infierno
Tenía que cambiar mi hedonismo por un traje de hierro.

Inmensos demonios, de más de diez metros
Vinieron a inspeccionar mis documentos
Saqué la petaca y todo les pareció muy bien.

Terrones de sangre se mezclaban con el café
Y una vez más quise quedarme
En las pantallas relampagueaban chicas y chicos
Atléticos, demostrando destrezas...

Yo solo era un ratón incrédulo
Ateo, adscrito al sistema
La bebida relampagueó en mi garganta
Y recordé a qué había venido…

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